Nuevos avances del libro ilustrado alemán
Mientras los artistas gráficos y los impresores de Italia y Francia evolucionaban hacia el diseño de libros renacentista, el diseño gráfico alemán mantuvo su tradición de tipografía textura e ilustraciones xilografiadas vigorosas. Se encargó a uno de los antiguos discípulos de Durero, Hans Schäufelein, el diseño de las ilustraciones para el "Teuerdank de Pfintzing" (abajo), una aventura de caballería que Johann Schoensperger el Viejo imprimió en Núremberg en 1517. Se tardaron cinco años en producir este libro espléndido, que el emperador Maximiliano encargó para conmemorar su matrimonio con María de Borgoña. Los caracteres tipográficos para el Teuerdank, diseñados por Vincenz Rockner, el calígrafo de la corte, incluyen uno de los primeros ejemplos del estilo gótico conocido como fraktur. Algunas de las líneas rectas rígidas y angulares de la forma textura se sustituyeron por trazos fluidos y curvos.
Rockner profundizó más en esta característica del diseño para tratar de imitar la libertad gestual de la pluma. Para cada letra se diseñaron y se moldearon hasta ocho caracteres distintos, con amplias fiorituras caligráficas, algunas de las cuales se perdían en el espacio aledaño. Cuando se publicó el libro, otros impresores insistieron en que aquellas formas ornamentales debían de haberse impreso con bloques de madera, porque se resistían a creer que fuera posible conseguir aquellos efectos con tipos metálicos fundidos. (No obstante, una i invertida en la edición de 1517 demuestra sin lugar a dudas que se utilizaron tipos metálicos para imprimir el Teuerdank.)
Desde un punto de vista técnico, se llama «pliego» a una hoja de papel para imprimir. Esta forma efímera de comunicación gráfica se convirtió en un medio importante para la difusión de información desde la invención de la imprenta hasta mediados del siglo XIX. Su contenido variaba desde los anuncios de nacimientos deformes hasta los retratos de famosos líderes seculares y religiosos (arriba). Se hacía publicidad de festivales y ferias y se anunciaba la venta de billetes de lotería y de indulgencias. Se hablaba de causas políticas y de creencias religiosas y se proclamaban invasiones y desastres. Las hojas impresas plegadas se convirtieron en panfletos, tratados breves y, posteriormente, periódicos. El diseño de un pliego suelto solía ser tarea del cajista, que organizaba el espacio y tomaba decisiones tipográficas mientras componía. Las ilustraciones impresas con bloques de madera se encargaban a los artistas y una xilografía podía aparecer en varios pliegos sueltos o se podía vender o prestar a otro impresor.
Al ampliar Martín Lutero la ruptura con la Iglesia católica que comenzó en 1517, su presencia en la universidad de Wittenberg aumentó la importancia del diseño gráfico que se producía allí. Lutero halló un amigo y seguidor leal en el artista Lucas Cranach el Viejo (1472-1553), que había sido llamado a Wittenberg por los electores de Sajonia. Además de su estudio, en el que trabajaban unos cuantos ayudantes cualificados, Cranach dirigía una imprenta, una librería y una fábrica de papel e incluso tuvo tiempo de ser alcalde de Wittenberg en dos ocasiones. Dedicó su energía considerable a la Reforma, retratando a los reformadores y su causa en libros y pliegos sueltos. Cuando Lutero viajó a Worms para su famoso juicio, en 1521, los retratos que le había hecho Cranach llenaron la ciudad en textos impresos que proclamaban sus creencias. De todos modos, Cranach aceptaba con frecuencia encargos de vírgenes y crucifixiones de clientes católicos y muchas de las xilografías que hizo para la Biblia luterana se utilizaron también en una edición católica posterior. Un ejemplo muy eficaz de propaganda es la obra de Cranach para el "Passional Christi und Antichristi" [La pasión de Cristo y el Anticristo] (abajo), impreso por Grunenberg en 1521. Por inspiración de Lutero, aparecen yuxtapuestas en páginas opuestas escenas de la vida de Cristo y cáusticas representaciones del papado, en contraste gráfico. Los dos hijos de Cranach, Hans Cranach (murió en 1537) y Lucas Cranach el Joven (1515-1586), se sumaron al estudio de su padre. Se conservan pocos ejemplos de la obra de Hans, pero el hijo menor siguió trabajando en el mismo estilo de la familia durante muchos años después de la muerte de su padre.
La tipografía se extiende desde Alemania
Italia, que estaba a la vanguardia de la lenta transición europea del mundo medieval feudal a un renacimiento cultural y comercial, patrocinó la primera imprenta fuera de Alemania. Aunque la Italia del siglo XV era un mosaico político de ciudades-estado, monarquías, repúblicas y territorios papales, se encontraba en el cénit de su riqueza y su mecenazgo espléndido de las artes y la arquitectura. En 1465, el cardenal Turrecremata, del monasterio benedictino de Subiaco, invitó a dos impresores, Conrad Sweynheym (murió en 1477) de Maguncia, que había trabajado para Peter Schöffer, y Arnold Pannartz (murió en 1476) de Colonia, a fundar una imprenta en Subiaco. El cardenal quería publicar los clásicos en latín y sus propias obras.
Los tipos diseñados por Sweynheym y Pannartz (arriba) marcaron el primer paso hacia una tipografía de estilo romano, basada en formas de letras desarrolladas por escribas italianos. Estos estudiosos habían descubierto copias de clásicos latinos perdidos, escritos en minúsculas carolingias del siglo IX, y pensaron, equivocadamente, que habían descubierto la auténtica escritura romana, en contraste con los caracteres medievales negros que, por error, suponían que era el estilo de escritura de los «bárbaros» que habían destruido Roma. Sweynheym y Pannartz crearon un «alfabeto doble» tipográfico, combinando las letras mayúsculas de las antiguas inscripciones romanas con las minúsculas redondeadas que habían evolucionado en Italia a partir de las minúsculas carolingias. Trataron de unificar estos alfabetos contrastantes, añadiendo remates a algunas de las minúsculas y volviendo a diseñar otras. Después de pasar tres años en Subiaco, Sweynheym y Pannartz se trasladaron a Roma, donde diseñaron un alfabeto más romano, que se convirtió en el prototipo de los alfabetos romanos que se siguen usando en la actualidad. En 1473, la sociedad había impreso más de cincuenta ediciones, por lo general en tiradas de 275 copias. En otras diez ciudades italianas también había impresores que publicaban los clásicos latinos y el mercado no podía absorber la oferta repentina de libros. La sociedad de Sweynheym y Pannartz sufrió un descalabro financiero y se disolvió.
Los primeros volúmenes impresos en Italia seguían el modelo de los primeros libros impresos en Alemania. Las iniciales, los números de página, los encabezamientos y las marcas de párrafo no se imprimían y se dejaba lugar para que un escriba los rubricara con tinta roja. A menudo se imprimía una minúscula en el espacio que quedaba para una inicial iluminada, para indicar al escriba qué inicial tenía que dibujar. En muchos incunables, no se dibujaron las marcas de párrafo en los espacios que quedaban y al final lo único que se usaba para indicar el párrafo era el espacio en blanco.
Después de trabajar como aprendiz en el comercio textil inglés, William Caxton (ca. 1421-1491) dejó su tierra natal y se dirigió al centro textil de Brujas, en los Países Bajos, donde estableció su propio negocio como comerciante y diplomático. A principios de la década de 1470 estuvo un año y medio en Colonia, donde tradujo las Historias de Troya del francés al inglés y aprendió a imprimir. A su regreso a Brujas, consiguió la ayuda del iluminador y calígrafo Colard Mansion y estableció una imprenta en aquella ciudad. En 1475, la traducción de Caxton fue el primer libro tipográfico en inglés. En el epílogo de la tercera parte, Caxton cuenta al lector lo siguiente: «Tengo la pluma gastada; la mano, cansada y temblorosa y los ojos, empañados de tanto mirar el papel en blanco», y así «practicó y aprendió, a un coste elevado, la manera de imprimirlo».
Los socios se separaron después de imprimir una traducción al inglés de The Game and Playe of the Chesse [El juego y el jugador de ajedrez] (arriba) y dos o tres libros en francés. Mansion permaneció en Brujas e imprimió veintisiete ediciones antes de 1484, cuando se vio obligado a huir de la ciudad para escapar de sus acreedores. Caxton trasladó sus tipos y su prensa al otro lado del canal de la Mancha y estableció la primera imprenta en suelo inglés. Ya había impreso el primer libro en inglés y entonces imprimió el primer libro de Inglaterra en El cartel del cubo rojo, en Westminster.
Los alrededor de noventa libros que publicó en Westminster abarcaban casi todas las grandes obras de la literatura inglesa hasta el siglo XV, entre los que figuran los Cuentos de Canterbury de Chaucer y La muerte de Arturo de sir Thomas Malory. Caxton es una figura central para la evolución de la lengua inglesa, porque su labor tipográfica estabilizó y unificó los distintos dialectos, en cambio permanente, que se utilizaban en las islas. Fundamentalmente estudioso y traductor, Caxton apenas contribuyó a la evolución del diseño y la impresión de los libros, ya que su trabajo tenía un vigor rudimentario, desprovisto de elegancia gráfica o refinamiento. Las ilustraciones xilografiadas de sus libros tienen una contundencia impetuosa y su trazado es torpe; además, la calidad de la impresión es inferior a la de los impresores del continente europeo de la misma época. El pie de imprenta de Caxton (arriba) evoca las alfombras que se tejían en Brujas. Tras la muerte de Caxton, su regente, Wynkyn de Worde, continuó su obra y publicó casi cuatrocientos títulos durante las cuatro décadas siguientes.
La imprenta llegó a Francia en 1470, cuando tres impresores alemanes, Michael Freiburger, Ulrich Gering y Martin Kranz, recibieron el apoyo del prior y el bibliotecario de la Sorbona para establecer allí una imprenta. Al principio usaron las letras romanas inspiradas por las tipografías italianas para reimprimir los clásicos, pero, cuando perdieron el auspicio de la Sorbona en 1473, comenzaron a imprimir con tipos góticos, más conocidos para el público francés. En mayor grado que en ningún otro país, los xilógrafos y los impresores tipográficos franceses hicieron causa común para imitar el diseño de los manuscritos iluminados. La iluminación gótica tardía fue el cénit del arte francés de aquella época y las primeras impresiones francesas rodeaban las tipografías góticas y las ilustraciones xilografiadas con bloques modulares que llenaban el espacio de flores y hojas, aves y animales, motivos y retratos. En 1486, Jean Dupré imprimió el primer libro tipográfico destacado de Francia, La ciudad de Dios de San Agustín. El Libro de horas de Philippe Pigouchet estableció la excelencia gráfica de esta forma popular (arriba). Parece que Pigouchet introdujo la técnica del criblé o puntillismo, que consiste en llenar de puntos blancos las partes negras del bloque de madera para dar a la página una tonalidad llena de vida.
España acogió también a tres impresores alemanes que llegaron a Valencia en 1473 con el auspicio de una importante firma alemana de importación y exportación. El sentido del diseño de los españoles, que favorecía las masas oscuras en equilibrio con el detalle decorativo, influyó en su diseño gráfico, en particular en sus grandes portadas xilografiadas (arriba). Una de las obras maestras del diseño tipográfico español es la Biblia Políglota de Arnaldo Guillermo de Brocar (abajo) de 1514-1517. Compuesto por textos correlativos en muchas lenguas, este inmenso proyecto de investigación atrajo a la Universidad de Alcalá de Henares a estudiosos de toda Europa. El impresor tuvo que diseñar un formato de página en el que cupieran cinco presentaciones tipográficas simultáneas.
Durante las notables primeras décadas de la tipografía, los impresores y los artistas gráficos alemanes establecieron una tradición nacional del libro ilustrado y difundieron el nuevo medio de comunicación por toda Europa e incluso hasta el Nuevo Mundo. Al mismo tiempo, surgió en Italia un renacimiento cultural, que extendió el diseño gráfico en nuevas direcciones en las que no tenía precedentes.