Precursor de la pintura moderna, que liberó del academicismo, Édouard Manet es erróneamente considerado uno de los padres del impresionismo: se distingue de este por una técnica preocupada por la realidad que no utiliza (o lo hace poco) las nuevas técnicas del color y el tratamiento particular de la luz. Sin embargo, se acerca al impresionismo por ciertos temas recurrentes como los retratos, los paisajes marinos, la vida parisina o las naturalezas muertas, aunque pinta de manera personal, en una primera etapa, escenas de género: temas españoles, especialmente inspirados en Velázquez, y odaliscas inspiradas en Tiziano.
En los últimos años, la crítica ha reconocido que también aprendió del realismo y el naturalismo de sus contemporáneos franceses, e incluso de la pintura española del siglo XVII . Este doble interés por los maestros antiguos y el realismo contemporáneo le sentó las bases fundamentales para su enfoque revolucionario.
La modernidad de Manet reside sobre todo en su afán por actualizar los géneros pictóricos más antiguos, inyectándoles nuevos contenidos o alterando los elementos convencionales. Lo hizo con una profunda sensibilidad hacia la tradición histórica y la realidad contemporánea. Esta fue, sin duda, la causa principal de muchos de los escándalos que provocó.
Se le atribuye la popularización de la técnica de la pintura alla prima . En lugar de aplicar los colores en capas, Manet aplicaba inmediatamente el tono que mejor se ajustaba al efecto final buscado. Este enfoque llegó a ser ampliamente utilizado por los impresionistas, quienes lo encontraron perfectamente adecuado para la presión de capturar los efectos de luz y atmósfera al pintar al aire libre.
Su manejo suelto de la pintura y su representación esquemática de los volúmenes dieron lugar a zonas de "planitud" en sus cuadros. En la época del artista, esta planitud pudo haber sugerido carteles populares o el artificio de la pintura, en contraposición a su realismo. Hoy, los críticos ven esta cualidad como el primer ejemplo de "planitud" en el arte moderno.
Tras su muerte, la esposa y los amigos de Manet trabajaron para preservar su memoria y su legado mediante la venta extraordinaria de sus pinturas, adquisiciones por parte del gobierno francés y la publicación de varias biografías. Considerado por muchos historiadores del arte como el padre del arte moderno , la influencia de Manet en el modernismo es inconmensurable. Si bien la grandeza y el escándalo caracterizaron su vida profesional, su afán de respetabilidad finalmente dictó su vida privada. A pesar de su relativamente corta carrera, que abarcó poco más de dos décadas, sus obras se exhiben en la mayoría de los principales museos y galerías internacionales.
El escritor del siglo XIX Edmond de Goncourt lo resumió mejor: " Con Manet, cuyas técnicas están tomadas de Goya , con Manet y todos los pintores que lo siguieron, lo que tenemos es la muerte de la pintura al óleo, es decir, de la pintura con una bonita transparencia ambarina y cristalina, de la que La mujer con sombrero de paja de Rubens es el epítome. Ahora tenemos pintura opaca, pintura mate, pintura calcárea, pintura con todas las características de la pintura para muebles. Y todos lo hacen así, desde Raffaelli hasta el último pequeño pintor impresionista".