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Biografías: Giuseppe Bezzuoli (1784-1855)


Autorretrato, 1852

Giuseppe Bezzuoli nació en Florencia el 28 de noviembre de 1784, hijo de Luigi Bazzuoli, decorador prospettico y fiorista, y de Anna Banchieri. Su origen familiar lo vinculó desde temprano al ambiente del taller y de la decoración, circunstancia que aparece recogida en los documentos civiles y en las biografías contemporáneas que lo sitúan como hijo “d’arte” por la profesión del padre. A los doce años, en 1796, ingresó en la Accademia di Belle Arti di Firenze, donde inició una formación amplia que combinó la enseñanza del dibujo con estudios de anatomía y copia de modelos. Entre sus primeros maestros figuran, según los registros académicos, Gaetano Piazzoli, Jean-Baptiste Frédéric Desmarais y Pietro Benvenuti; también se mencionan influencias y lecciones con Pietro Pedroni y con otros profesores del centro florentino. Durante su juventud obtuvo reconocimientos en las competiciones de la Accademia: en 1801 ganó un premio anual en la sección dedicada al dibujo del nudo, y en 1812 obtuvo el premio trienal de la Accademia con la tela que representaba a Áyax defendiendo el cuerpo de Patroclo —un éxito que le permitió trasladarse a Roma para completar su formación, como era habitual para los premiados de la institución.

La estancia romana, iniciada tras el triunfo académico de 1812, fue un período de estudio y de reproducción de obras maestras, con especial atención a la pintura de Rafael y al tratamiento del paisaje como fondo de la figura. Desde Roma ampliaría sus contactos y, ya en la primera parte de su carrera, viajó y trabajó en distintos centros italianos: Milán, Bolonia, Nápoles y la región veneta ofrecieron encargos y oportunidades de mostrar retratos y pinturas históricas. De regreso a Florencia, hacia la década de 1810, comenzó a recibir comisiones de mayor envergadura. En 1816 completó ciclos de afrescos para palacios florentinos —entre ellos trabajos en Palazzo Pucci— y poco después ejecutó encargos para el Palazzo Pitti; estas comisiones, registradas en inventarios y catálogos de la época, marcaron su consolidación como pintor de historia y decorador mural en la capital toscana.

A lo largo de los años veinte su actividad pública se intensificó. En 1812-1813 ya había mostrado capacidad para trabajos de gran formato; en 1823 pintó La confirmación bautismal de Clodoveo (Battesimo di Clodoveo) por encargo para la iglesia de San Remigio en Florencia, obra que figura en las crónicas de exposiciones y en las listadas por las instituciones locales. En 1825 expuso en la Accademia de Florencia retratos de personalidades contemporáneas —entre ellos el retrato de Lorenzo Bartolini y el de Giovan Battista Niccolini— y en 1827 participó en exposiciones internacionales, enviando obras a la Exposición Universal de París. En 1829 recibió el encargo del Entrata di Carlo VIII in Firenze por parte del gran duque Leopoldo II de Toscana, encargo que lo situó entre los pintores de referencia de la corte y de las instituciones oficiales.

Bautismo del rey Clodoveo, c. 1821-1823

En 1822 aproximadamente, y según actas y marcas de firma en obras, Giuseppe modificó la grafía de su apellido adoptando la forma “Bezzuoli” (a veces escrito también “Bezzoli”), decisión motivada en la documentación por la pretensión de reconocerse descendiente de una antigua familia florentina; la nueva firma se consolidó en los años siguientes y así consta en los registros de defunción y en la mayoría de las obras a partir de esa fecha. Su carrera académica pública creció en paralelo a la profesional: en 1829 fue nombrado asistente en la Scuola del Nudo, colaborando con Pietro Benvenuti, y en 1844 sucedió a éste como profesor de pintura en la Accademia di Belle Arti di Firenze, cargo desde el cual dirigió cursos y supervisó la formación de una generación de alumnos que luego desarrollaron carreras diversas. Entre sus discípulos se cuentan nombres que aparecen en las nóminas académicas y en la correspondencia escolar: Giovanni Fattori, Antonio Ciseri, Luigi Mussini, Enrico Pollastrini, Silvestro Lega, Carlo Ademollo, y varios alumnos extranjeros que acudieron a Florencia para completar su aprendizaje, como el inglés Alfred Stevens y artistas norteamericanos que figuran en las listas de estudiantes del periodo.

En la década de 1830 Bezzuoli realizó una de sus tareas más documentadas para los espacios oficiales del Palazzo Pitti: en 1836 ejecutó once escenas en fresco dedicadas a episodios de la vida de Julio César para una sala en la planta baja del palacio; trabajos de este tipo aparecen referenciados en los inventarios y en la correspondencia con las administraciones palaciegas. En 1837 pintó La morte di Filippo Strozzi, y en 1838 recibió la comisión del príncipe Anatoli Demidoff para una tela inspirada en pasajes bélicos —obra que quedó registrada en cartas y listas de encargos—; en 1839 realizó una lunetta para el Museo di Storia Naturale de Florencia, representando un episodio con Galileo, y la decoración de la volta de una sala del Palazzo de' Rossi en Pistoia con escenas derivadas del Decamerón de Boccaccio; estas intervenciones se recogen en catálogos de patrimonio y en documentos de comitentes.

Su actividad como retratista fue constante durante toda su trayectoria; desde la mitad de la década de 1820 hasta los años cuarenta llevó a cabo numerosas representaciones de miembros de la burguesía y de la aristocracia toscana y nacional, trabajos que se conservan en colecciones públicas y privadas y que figuran en listados de colecciones y subastas. También alternó encargos religiosos y escenas de tema histórico, en ocasiones para catedrales y parroquias de la Toscana; entre las obras documentadas figuran varias deposiciones o representaciones sacras encargadas por instituciones eclesiásticas de la región.

Respecto a su vida personal adulta, las fuentes documentales disponibles establecen algunos hitos concretos sin entrar en especulaciones. Se le reconoce en registros civiles y notariales como residente en Florencia y propietario de una villa en Fiesole, lugar donde pasó sus últimos años; la villa en Fiesole aparece mencionada en actas de defunción y en reseñas de la época como su domicilio final. Mantenía amistades en el círculo literario y cultural florentino: entre sus conocidos se cuentan poetas y hombres de letras contemporáneos, y en las crónicas se registra una amistad con el poeta Giuseppe Giusti, relación que aparece reflejada en necrologías y en testimonios de contemporáneos sobre el duelo por su muerte. No hay en las fuentes consultadas información fehaciente y concordante sobre un matrimonio o descendencia directa ampliamente documentada en la bibliografía estándar; por ello, y ajustándome a la documentación disponible, no se consignan detalles sobre esposa o hijos que no estén respaldados por registros publicados.

Su papel institucional y docente le dio visibilidad pública; por encargo de instituciones y particulares trabajó también en proyectos de decoración y en pintura de gran formato, combinando el quehacer de estudio con la docencia. A lo largo de las décadas de 1840 y principios de 1850 continuó recibiendo encargos importantes: en 1852 presentó en la Exposición de Florencia una tela titulada Il passaggio dell'Adda eseguito da Giovanni dalle Bande Nere, y en los años centrales de la década participó con obras enviadas a exposiciones nacionales e internacionales, siempre documentadas en catálogos de sala y en reseñas de prensa del período. Algunas de sus últimas obras, datadas entre 1852 y 1855, figuran en los inventarios de la Galleria d'Arte Moderna de Florencia y en las colecciones de la región, donde quedan registradas con fechas y procedencias claras.

La familia de Lot escapa del fuego de Sodoma, 1854

Giuseppe Bezzuoli falleció el 13 de septiembre de 1855 en su villa de Fiesole; su muerte está consignada en el registro civil florentino y en las necrologías contemporáneas. Fue sepultado en la Basilica di San Miniato al Monte, en Florencia; su monumento funerario, una alegoría realizada por el escultor Emilio Santarelli, fue erigido junto a la tumba del amigo Giuseppe Giusti, circunstancia que varias fuentes locales y biográficas remarcan como testimonio de la relación entre ambos. Tras su muerte, la memoria de su trayectoria quedó registrada en catálogos, en el listado de profesores de la Accademia y en la documentación de colecciones que conservaron y atribuyeron sus pinturas.


Resumen de los libros "Giuseppe Bezzuoli (1784-1855). Un grande protagonista della pittura romantica", de Emanuela Ferretti, Simonella Condemi y Elisabetta Matteucci; "Dizionario Biografico degli Italiani. Vol. 9 (Beccari-Bianchi)", de Istituto della Enciclopedia Italiana Treccani; y "Allgemeines Künstler-Lexikon. Die Bildenden Künstler aller Zeiten und Völker. Band 3 (Bartolomeo–Biagio)", de Julius Meyer.




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